Xi Lan, un panda gigante con pelaje blanco y negro, tiene su propia alegría de vivir.
Sentado en silencio en una roca y observando que los primeros rayos débiles de alba salpicaban entre los altos árboles y bosques de bambú, Xi Lan sintió un tenue viento en el tranquilo mundo.
Paseando por el césped, Xi Lan hizo un largo camino de su vida con pasos lentos y sintió al mismo tiempo la vitalidad de la hierba suave.
Llenando su estómago con el bambú, Xi Lan probó la dulzura y la frescura contenidas en el tierno bambú y disfrutó completamente del color verde.
Dormido en la madera, Xi Lan percibió la claridad y el frío traídos por el frescor y soñó libremente en los espesos colores otoñales.