Un día de invierno, cuando Jin Bao estaba probando con entusiasmo el delicioso bambú preparado por el cuidador, un grito repentino rompió este hermoso y pacífico momento.
Jin Bao come el bambú de manera despreocupada y pausada.
Eh, ¿qué es este sonido?
¿Es necesario echar un vistazo?
Lo escucharé con más cuidado.
¡Tengo que verlo!
Jin Bao dio varias vueltas al campo de deporte patrullando atentamente cada rincón de dicho lugar. No obstante, aparte de unos pájaros que estaban cantando y saltando junto al estante de madera, Jin Bao no encontró nada inusual y como resultado, Jin Bao, que había completado su patrulla, regresó a su sitio para comer bambús a gusto. Lo que cabe mencionar era que tenía buen apetito.
Jin Bao: ¡ Más ejercicio, mejor apetito!